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Seguimos en con-tacto

Seguimos en contacto. Éste es el lema propuesto para este curso. Pero… ¿qué nos sugiere? ¿Qué significa para nosotros seguir en contacto? ¿Con quién seguimos en contacto? ¿Con quién lo hemos perdido?

Es importante, en primer lugar, estar en contacto con nosotros mismos, hacernos conscientes del eco que producen en nuestra vida los acontecimientos de cada día y cómo éstos nos pueden ayudar a crecer si somos conscientes de la riqueza que nos aportan, que a la vez nos capacita para ayudar a otros, para saber ponernos en su lugar.

Estar en contacto con nosotros mismos es saber mirar la vida con perspectiva, saber encontrar el hilo conductor de todo lo que nos sucede, es dar sentido a nuestra historia personal, familiar, de colegio… Para ello necesitamos hacer hueco en nuestra vida y dejar que Dios actúe, seguir en contacto con Él.

Aunque nosotros a veces perdamos el contacto, Él siempre sigue ahí, Él siempre está en contacto con nosotros, no nos pierde de vista, no deja de amarnos con ternura, no deja de querernos como somos y de acompañarnos en cualquier momento. Sentir su presencia, se cercanía, su calor, su ánimo… es un reto que se nos presenta cada día.

Si lo pensamos bien, hasta tal punto quiso Dios estar en contacto con nosotros que llegó a encarnarse, se hizo uno de nosotros. La persona de Jesús es la mayor prueba de que Dios ha querido seguir en contacto con nosotros y siempre está dispuesto a darnos la oportunidad de seguir en contacto con Él.